Soldados de la Brigada de Atención y Prevención de Desastres, en colaboración con la Sexta Brigada, llegaron en helicóptero al área afectada para extinguir manualmente los focos de incendio que aún estaban activos. Mientras tanto, miembros del Cuerpo Oficial de Bomberos y soldados del Batallón de Infantería N.18 coronel Jaime Rooke acordonaron la zona para evitar el ingreso de residentes a la parte alta donde se desarrollaba la conflagración.
Durante dos días, los soldados combatieron las llamas con batefuegos y rociadores, logrando controlar los puntos calientes que aún persistían. A pesar de que el incendio consumió 180 hectáreas de bosque, el arduo trabajo de los ingenieros militares evitó que la afectación fuera mayor.
La Sexta Brigada hace un llamado a la población civil para que tome conciencia sobre la protección y conservación de los ecosistemas, evitando la realización de quemas controladas que puedan desencadenar emergencias ambientales, y para que informen de manera oportuna a las autoridades sobre la ubicación de incendios forestales.